Después de casi veinte años bregando por inculcar a los
alumnos el amor a los libros y tras casi cuarenta años ejerciendo de lector compulsivo, he llegado a dos conclusiones.
La primera de ellas es que se
puede vivir sin los libros; existe una vida más allá de la lectura… pero es una
vida más pobre, más limitada y, desde luego, más aburrida; una vida incompleta,
quebrada y quebradiza semejante a un puzle al que le falta una pieza. El mundo
actual ofrece muchas alternativas; pero todas son infinitamente menos
imaginativas.
La segunda conclusión es que existe tal cantidad y variedad de
libros que es imposible que no haya ni siquiera uno que no encaje con nuestros
gustos, que no nos ayude a ser mejores.
No leer es una opción suicida. Y si
algo lamento en esta vida es no disponer de muchos más años… habiendo tantos
libros como todavía quedan por leer y por vivir.
FELIZ NAVIDAD
Y
PRÓSPERO AÑO NUEVO
Un abrazo,
queridos seguidores...