Seudología VII, de Miguel Catalán
En la nueva entrega, la séptima ya, de Seudología, el filósofo valenciano Miguel Catalán (1958) nos muestra la cruda realidad en que se asienta la estructura política y económica de nuestra sociedad.
Mentiras de políticos, políticos de (la) mentira
La obra está conformada por nueve capítulos cuyos títulos son de por sí lo bastante elocuentes: “El egoísmo inherente al mando”, “División social y mentira política”, “El torcido filtro de la historia” o “De la conversión de la víctima en verdugo”, por citar algunos de ellos. Asimismo, estos extensos capítulos aparecen divididos en múltiples apartados que ayudan a avanzar en las argumentaciones y las tesis del autor.
Más que una obra filosófica (que lo es), Mentira y poder político es una obra que sirve para removernos la conciencia, para mostrar el podrido y falaz andamiaje sobre el que se sustenta nuestra sociedad, en la que —como desde hace miles de años— siempre mandan los mismos y siempre pagan los mismos. Catalán no ofrece soluciones a los embustes que desvela: que nadie busque en estas páginas un paliativo, un ungüento con el que curar la rabia ante la contemplación de un mundo injusto y empeñado en auto-aniquilarse. El autor se limita a mostrarnos, con múltiples, jugosos, divertidos y horribles ejemplos, que la sociedad que habitamos no ha cambiado nada a la que se creó varios milenios antes de nuestra era, con los primeros núcleos urbanos. Las equivalencias que muestra Catalán son desgraciadamente las mismas repetidas una y mil veces: a mayor poder, menor moral; a mayor fuerza, mayor poder; a mayor fuerza, mayor riqueza. Y por el contrario, a mayor inteligencia (que no pillería), menor poder: lo cual explica la mediocridad generalizada de la secta política que desde tiempos inmemoriales nos ha sido impuesta como gobernadora. “Al revisar la nómina de los jefes de Estado que han gobernado las mayores naciones e imperios se observa el acusado número de grandes criminales de tipo psicopático en comparación con cualquier otra profesión o desempeño social”, escribe el autor.

Haciendo un recuento por encima (y del que estoy seguro que me habré quedado corto), en este país estamos “gobernados” por unas 30.000 personas (desde alcaldes y concejales hasta ministros, pasando por senadores, congresistas, diputados…). ¿Realmente necesitamos tantos “pastores” para no “salirnos del redil”, o es que somos nosotros a los que ellos necesitan para continuar justificándose (y viviendo a nuestra costa)?
Miguel Catalán,
Mentira y poder político. Seudología VII.
Editorial Verbum, Madrid, 2017. 338 páginas.